Cada uno de los capítulos que reúne este libro es una invitación a abrir la discusión sobre ética en el trabajo de campo etnográfico, desde un punto de vista diferente. Algunas de las perspectivas son coincidentes con otras en cuanto a los temas y a la forma de abordarlos, pero otras veces están en franca contradicción. Esto es así porque no hemos resuelto nada; no se trataba tampoco de resolver nada.